domingo, 29 de julio de 2012


Árboles con historia - El aguribay del perito Moreno:
Francisco Pascacio Moreno (1852-1919): científico naturalista argentino, explorador de la Patagonia. Desde joven se interesó por los estudios antropológicos y mineralógicos. Tras recibir restos antropológicos provenientes del valle de Río Negro decidió centrar su actividad investigadora en la exploración de la región patagónica. Creo varias colecciones con restos arqueológicos hallados. Las expuso en un museo de su propiedad y luego las donó al gobierno de la provincia de Buenos Aires. Esas colecciones fueron la base del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, que el propio Moreno dirigió durante muchos años. Moreno fue designado para dirigir la comisión argentina encargada de dirimir los litigios limítrofes con Chile. Asimismo fue diputado nacional y vicepresidente del Consejo Nacional de Educación.

La familia Moreno se estableció en una casa quinta de Parque Patricios en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, donde funcionó su museo que fue construido por el propio perito Moreno y su padre. En 1872 plantó un aguaribay (Schinus areira) cerca del acceso del museo, como recordatorio de su fundación. El aguaribay fue declarado Árbol Histórico, a pedido de la Asociación Amigos de la Patagonia, mediante el Decreto Nº 3369 del 23 de julio de 1943 firmado por el presidente Ramírez. La entidad solicitante recalcaba la especial predilección del perito por ese árbol, a cuya sombra trabajó en determinadas épocas de su vida. A finales de 1950, la Dirección Nacional de Arquitectura propuso la construcción de un hito frente al árbol para lo cual la Comisión Nacional aprobó esta leyenda: “Plantó este aguaribay el perito Dr. Francisco P. Moreno héroe civil de la patagonia, explorador, descubridor, abnegado servidor de la Patria, munífico propulsor de su cultura”

Hoy dicho árbol existe y está ubicado donde funciona el Instituto Félix Bernasconi, Cátulo Castillo 2750, Parque Patricios, Ciudad de Autónoma de Buenos Aires.





jueves, 19 de julio de 2012


Árboles con historia - El Árbol de Artigas:

En el barrio de Villa Ortúzar se ubica la Plaza 25 de Agosto, localizada entre las calles Charlone, 14 de Julio, Giribone y Heredia. El nombre de la plaza conmemora la fecha en que el Congreso de La Florida, reunido el 25 de agosto de 1825 por Lavalleja en el pueblo que lleva ese nombre, declara la unidad de la Banda Oriental del Uruguay con las demás provincias, proclamando la independencia de Uruguay de España. En la intersección de calles 14 de Julio y Charlone se puede apreciar uno de los árboles más antiguos de la Ciudad de Buenos Aires, conocido como El Árbol de Artigas, en honor al prócer del vecino país, José G. Artigas. Se trata de un maravilloso ejemplar de  ibirá-pitá (Peltophorum dubium), obtenido de un retoño que fue ofrendado por la colectividad uruguaya, procedente del ejemplar que fuera plantado por el "Protector de los Pueblos Libres" durante su exilio en Villa de San Isidro de Curuguaty, en Asunción del Paraguay. El Árbol de Artigas alcanza una altura de 25 metros y florece en verano y primavera. Es apreciado por los vecinos de la zona que disfrutan de un paseo por la plaza.

José Gervasio Artigas (1764-1850) fue un militar y político uruguayo que luchó primero contra españoles, luego contra las ambiciones del gobierno porteño y el expansionismo portugués.




lunes, 16 de julio de 2012



Árboles con historia - Palmera de Avellaneda:
Si bien las palmeras no son árboles, el caso de la Palmera de Avellaneda merece ser incluída por lo interesante de su historia y por la pasión que sentía por las plantas y los árboles quien la plantó.

Nicolás Avellaneda nació en Tucumán en 1836 y murió en 1885. Fue Presidente de la Nación Argentina en el período de 1874 a 1880. Se complacía de tener una gran variedad de plantas en el jardín de su casa de Buenos Aires; entre ellas había una palmera datilera (Phoenix dactylifera).
Cuando el tucumano contrajo la enfermedad que lo llevaría a la tumba, el doctor Guillermo Rawson aconsejó que se retirase la palmera, para permitir que la luz del sol entrase en su dormitorio. Su esposa, doña Carmen Nóbrega de Avellaneda, estaba dispuesta a llevar a cabo la sugerencia del médico pero el enfermo se negaba aduciendo que un árbol era vida.

Finalmente el problema fue resuelto por el Intendente de Buenos Aires, don Torcuato de Alvear, en forma genial y expeditiva. Se presentó un día en la casa de Avellaneda, acompañado por una cuadrilla de peones municipales, y dirigió en persona la extracción de la palmera y su trasplante en los jardines que se estaban formando en La Recoleta.
Poco después, Avellaneda partió a Europa, en busca de una curación que no pudo lograr. Desde allí, sus cartas a don Torcuato ponderaban la maravilla de la vegetación de París. "Usted es, entre nosotros, el introductor del jardín público, el autor de las vastas plazas para dar órganos respiratorios a la ciudad. Persista en su tarea de vida y salvará muchas generaciones".

La palmera siguió en La Recoleta largos años hasta el emplazamiento de la estatua del prócer Carlos María de Alvear y de la nueva avenida en 1924, cuando determinaron lamentablemente que ésta fuera talada.



lunes, 2 de julio de 2012


Árboles con historia - El Aromo del Perdón:


Cuenta la leyenda que bajo la sombra de un aromo (Acacia caven), ubicado en el parque Palermo de San Benito de la residencia de Don Juan Manuel de Rosas, el Gobernador de la Confederación  Argentina solía dormir la siesta junto a su hija Manuelita, quien le cebaba los mates. La joven tenía influencia sobre las decisiones políticas de Rosas. Se dice que ella persuadía a su padre, bajo la sombra del árbol, para que perdonara la vida de algunos condenados a muerte, cosaque generalmente conseguía. Razón por la cual se llamó se llamó El Aromo del Perdón al árbol en cuestión, que fue plantado por la misma Doña Manuela Rosas en el año 1838.


Un retoño del famoso Aromo del Perdón es el que se encuentra en el Parque Tres de Febrero, en la ciudad de Buenos Aires, en el cruce de las avenidas del Libertador y Sarmiento, detrás del monumento de Domingo Faustino Sarmiento. El sitio fue preservado como lugar histórico, y en el año 1974 se dispuso, por medio de una resolución, que se efectuaran mejoras en su entorno, a los efectos de que el mismo quedara debidamente señalizado.